Nací un lunes a las 3 de la mañana con el objetivo de llegar al mundo ya molestando. Pese a eso recibí un inmenso amor de mis padres, que me educaron para ser una persona de bien antes que una de provecho. Gracias a mi padre descubrí mi amor por la fotografía, la música, el cine y también la literatura, especialmente el género de aventuras. Aunque un cáncer se lo llevó muy pronto, creo que gran parte de mis aficiones se las debo a él. También mi sentido del humor.  De mi madre aprendí a no rendirme nunca (ella, siempre con una sonrisa en su cara). Es tal vez la persona más valiente que conozco y se merece todo lo bueno que alguien pueda llegar a tener. 

A pesar de ser un enamorado de las ciencias y un lector ávido de todo lo relacionado con ellas, mi tara genética para las matemáticas (mi hermana también la sufre), me llevó a terminar estudiando Derecho. Sin embargo, mi carácter creativo era incompatible con la perspectiva de verme toda la vida entre textos legales, así que mi próximo paso fue estudiar una técnica superior de Publicidad, que en tres años me permitió estar ya trabajando para una de las agencias más grandes de Galicia: Maxan. Siempre me ha gustado el diseño, y aunque no se me da mal, destaqué como copy creativo. Y aunque empecé de becario, en pocos años me las arreglé para acabar ejerciendo de Director Creativo para campañas de clientes bastante importantes a nivel nacional e internacional.  Alterné  este trabajo con el de  consultor de publicidad y comunicación para empresas y participé en el desarrollo de naming y branding para diversas marcas, algunas de ellas bastante conocidas.

Mi andadura en agencias terminó a principios de 2016 tras abandonar BAP&Conde. Algo desencantado por el enfoque inmovilista de las agencias convencionales y teniendo claro que el presente es digital, empecé a trabajar en el departamento de comunicación de una tecnológica, lo que me permitió ponerme al día con las nuevas formas de hacer publicidad y comunicación, a la vez que me animó a estudiar SEO, SEM y técnicas de Marketing Digital.

Un año después, en 2017, me trasladé a Barcelona para indagar un poco en el famoso mundillo creativo de esta gran ciudad. Y aunque colaboro puntualmente con agencias barcelonesas, me gano la vida como soldado de fortuna.